Lo que me contó mientras tomábamos el té

kiki Smith
kiki Smith

 

“… El paisaje es, por lo menos, impactante. De tan agreste recuerda a un perro salvaje y sarnoso, o a un caballo desbocado. El ánimo parece ser mordido por alimañas invisibles. Por ahí se camina con la convicción de que trolls ocultos (y quién sabe qué otra clase de bichos malignos) espían los pasos del viajero con intenciones asesinas y carnívoras.

Este es uno de mis escenarios interiores; uno de los paisajes de mi alma. A veces, cuando es necesario, envío postales de este lugar a aquellos que se lo merecen. Me devuelven cartas asombradas, gritos indignados. Al parecer les asusta la belleza corrosiva de esa clase de naturaleza. Es por eso que no lo muestro mucho; lo guardo para ocasiones selectas…”

 

Lo que le contesté, después de un silencio, mientras tomábamos el té.

¿De verdad sos así?

 

Lo que me dijo mientras untaba mantequilla en una galletita.

Sí, también soy así.
¿Querés ver?

(Aunque me miró brevemente sé que vi un destello en sus ojos).

 

Lo que respondí mientras intentaba tragar y el pulso me temblaba.

Sí. Quiero ver.

 

Y de esta manera tan civilizada, Caperucita Roja volvió a meterse, una vez más, en la boca del lobo.