Las Tierras Verdes

Imágenes:
Tierras Verdes de Islandia: fotografías que tomé en un viaje que hice a ese lugar.
Imagen de «El salmón de la sabiduría», del mito de Fionn mac Cumhaill

 

1 Vuelvo a soñar con las “Tierras Verdes”
2 Esta vez el sueño transcurre en Irlanda
3 Una cabaña en un verde campo irlandés: mi casa
4 Casi siempre mis Tierras Verdes son Islandia
5 Me espera un cambio
6 Hace dos días soñé que alguien me obsequiaba un enorme salmón asado
Un salmón salvaje
De él comíamos mi hija y yo. Era inacabable.
Probábamos su carne delicada y crujiente, qué placer, qué emoción
Comíamos con cuidado y deleite, casi con devoción
7 Ahora, en vigilia, pienso en el salmón de mi sueño como “El Salmón”
8 Y recuerdo mitos y cuentos:
El Rey Pescador, Perceval, Fionn mac Cumhaill…
9 Me espera un cambio, lo sé.

 

Cuentos y sueños…

En mi camino de trabajo interior existe un cruce entre sueño y cuento. Mis sueños nocturnos suelen mostrarme símbolos que provienen de mitos, cuentos, leyendas. Suele haber una alusión a ellos (me refiero a los cuentos), un guiño, pistas para que vaya adentrándome en el sueño con confianza. Cuando despierto y recuerdo lo soñado no puedo dejar de sentirme asombrada y maravillada. Me siento transportada a un lugar de poesía que refleja la sabiduría, y el humor, de Dios. Así lo vivo, así lo entiendo.

Desde hace unos cuantos días mis sueños nocturnos me están mostrando algo profundo. Se entrelazan a través de símbolos universales y también de símbolos propios.
Mis últimos sueños, unidos entre sí, me están contando un cuento único, muy simbólico y con múltiples significados. Y también se enlazan con sueños de diciembre de 2023 y de un período de mi vida entre agosto y diciembre de 2018. Me resulta fascinante ver el despliegue del cuento y el sueño. Tramas arquetípicas, referencias a mitologías, generalmente nórdicas, y algunos viajes a lugares árabes.

En este trabajo, o ejercicio interior, de integrar lo onírico y el cuento en mí a través del símbolo, me toca escribir un cuento. Es lo que suelo hacer cuando el tema me empieza a fascinar, y a asaltar a través de símbolos, durante mis horas de vigilia.

Desde que tuve el sueño con El Salmón, veo peces en lugares diversos: pintados en la calle, en coches, en casas… El símbolo, visto de día, parece llamarme y seguir contándome el cuento/sueño de la noche. Cuando sigo las pistas llego a lugares nuevos de mí y aprendo y crezco. Y todo este proceso lo voy transformando en escritura: en cuentos, en poesía, en breves ensayos. Y también en dibujos.

Esta forma de trabajar la aplico a mis talleres de cuentos, a mis acompañamientos emocionales en sesiones de consulta… Y no dejo de sorprenderme con los resultados.
La vida es grande y al entrar en nuestros propios cuentos se vuelve más rica; podemos disfrutarla como la aventura que es y, algo que para mí es muy importante, aprender a tener a fe, a creer, a sentir, a lograr una cohesión interna poderosa, a estar más vivos.

Hay una nutrición espiritual que llega desde estos espacios del inconsciente. Desde lo mitológico y lo onírico; desde la visión y la imaginación. Escuchar y ver las imágenes de sueños y cuentos nos aporta mayor fluidez, un dejar que las cosas se vayan moviendo guiados por algo más grande que nosotros mismos. Es aprender a soltar el control y, sin embargo, estar abiertos a recibir el regalo que nos llega, por ejemplo, en forma de sucesos sincrónicos, o a través de tener más energía a nuestra disposición, o volviéndonos mucho más creativos en nuestro día a día…

Dejar que el sueño nos cuente, permitir que el cuento nos sueñe: aprender a escuchar a nuestra alma.

 

 

Ángeles y gabardinas

 

(Entrada del 10/08/22 en redes que no ha sido publicada previamente en la web)

 

Hace tres días soñé con mi abuelo Salomón. Me quedé tan contenta de verle, que me desperté.
En el sueño, alguien me estaba dando la mano. Yo pensaba: esta mano la conozco, ¿pero de quién es?
Y entonces vi a mi abuelo… Precioso, luminoso; llevaba puesta una gabardina beige, y me daba la mano. Pensé que se parecía a uno de esos ángeles de la película de Wim Wenders, «Cielo sobre Berlín», que llevan largos abrigos y están por la ciudad cuidando de todos.
En esa película, Peter Falk (el detective Columbo, que solía llevar gabardina), es un ángel que ha decidido vivir entre los humanos. La gabardina de mi abuelo era un puente entre los ángeles (él, mi abuelo, como ángel), y el recuerdo de otra gabardina, la de mi padre, que me encantaba usar cuando yo era muy joven.
Mientras me iba despertando supe, con extraordinaria certeza, que en sueños, suelo ver a mi abuelo muy seguido, y que después lo olvido.
El sueño me contó esto. Y más cosas.

Los sueños como mensajeros del espíritu, que narran algo que está al otro lado del velo. Misteriosos y cotidianos. Poesía en estado puro.

Le conté a Leila, mi mamá, este sueño. Ella me dijo que mi abuelo me estaba cuidando y, sin yo decirle nada, me recordó cuánto usé la gabardina de mi padre cuando estaba saliendo de mi adolescencia.

Hoy es diez de agosto de 2022, fecha de cumpleaños de mi tío Ale (Alí), que se fue al otro lado hace tiempo. Me acabo de dar cuenta de este hecho mientras escribo, con la idea de hacer público, este aspecto íntimo de mi vida. Nada es porque sí, aquí hay algo. Y tiene que ver con el corazón, con Recordar, con el amor, con el camino que lo atraviesa.
El tiempo lo dirá.

Insh’ Allah

 

 

Atravesando Umbrales: La vida como un viaje constante

 

 

Conocí a Catalin Rotarescu en el año 2006. Era un hombre muy joven y adentro tenía una luz y una oscuridad. No las escondía, se las podía ver. Él también podía ver dentro de los demás.
En ese momento de mi vida yo estaba por atravesar un umbral, iba hacia algo nuevo. El umbral me llamaba, aunque yo no era consciente del llamado. Catalin, de alguna manera, me ayudó a atravesarlo.
Caminábamos por las calles del Raval y nos contábamos sueños, historias.
Él contaba historias que había vivido, podía mezclarlas con sueños; siempre podía encontrarles el trasfondo mítico, legendario. Para mí, esa facilidad con el mito, formaba parte de su don.

La vida es un viaje. Puede ser largo, corto; más, o menos intenso. Viajeros en tránsito rumbo a Ítaca, atravesamos umbrales una y otra vez: adolescencias, casamientos, nacimientos, muertes, aprendizajes varios.

Hace un tiempo volví a cruzar otro umbral. No fue fácil. Catalin, de muchas maneras, me ayudó. Sobre todo, me ayudó a través de su escucha, de su sensibilidad, de sus cuentos. En la travesía de ese umbral nos hemos contado muchos cuentos; hemos creado finales nuevos, principios distintos. Seguramente, los cuentos se fueron contando a través de nosotros, y nos ayudaron a crecer.

Los seres humanos necesitamos historias para crecer y para ser. Necesitamos contar, escuchar, y ser contados por otros. Y así, le contamos historias a Dios, y dejamos que Dios nos cuente.

Este domingo 13 de noviembre, Catalin y yo, haremos un taller on-line (él desde Guadalajara; yo, desde Sant Pol).
«Atravesando Umbrales: la vida como un viaje constante«, se llama el taller. Un trabajo, lleno de historias, sobre el viaje y los umbrales que atravesamos para crecer.

«Si vas a participar, acércate con tu alma de poeta. Sin pudor».

 

Atravesando Umbrales
La vida como un viaje constante
13 de noviembre de 2022
16.30 a 20.30h (España)
40 euros
Reservas:
dinorah@atravesdelcuento.es
whatsapp, telegram, quicksy (xmpp): +34 635 62 55 17

 

«Live Instagram» 12 de octubre de 2022 20.30h (esp)

Rojo, Blanco, Negro
El Alma en la Marmita

Sueños, cuentos y magia
Pasajes del Alma

La marmita como lugar de transmutación, hervor, guisado, pócima, magia…
Metidos en la marmita, cocinados a fuego lento o rápido, nos transformamos; soñamos, sentimos, aprendemos…
¿Qué nos pasa en el caldero mientras cambiamos de estado?
Rojo, Blanco, Negro… como Blancanieves, por ejemplo.

 

Este «Live» es el preludio a un taller que haremos Queralt Ramos Segura (@astrasiris), y yo (@dinoraharrillaga), este 6 de noviembre de 2022, en Barcelona.

Rojo, Blanco, Negro
El Alma en la Marmita

 

Live Instagram
12 de octubre de 2022
20.30h

@astrasiris
@dinoraharrillaga

 

Pintura de John William Waterhouse, «The Magic Circle».