Día mundial de la narración oral

Hoy, 20 de marzo, se celebra el Día mundial de la narración oral, que desde hace años viene recordando, y reivindicando, el antiguo arte de narrar a viva voz cuentos, historias, leyendas, mitos…

El tema de este año es «Mujeres fuertes».

Para mí, las heroínas de los cuentos tradicionales suelen ser mujeres muy fuertes capaces de enfrentarse a situaciones límite, de las cuales aprenden, para terminar haciendo cambios fundamentales en sus vidas.

Desde aquí presento mis respetos a Blancanieves y a su madrastra; a Caperucita, su madre y su abuela; a Cenicienta; a La Bella Durmiente y el hada número trece, que no fue invitada a la fiesta; a Gretel; a Rapónchigo (o Rapunzel); a la maravillosa Basilisa la Bella; a la grandiosa, muy amada y temida bruja Baba Yaga; a Goewin y Aranrhod, mis admiradas heroínas galesas; y al resto de hermosas princesas, pastorcillas, campesinas, diosas, guerreras, niñas, madres, elfos, hadas, abuelas de todos los pelajes, madres muertes, madres vida y demás mujeres impresionantes que pueblan los relatos del mundo entero ofreciéndonos desde siempre tantas y tantas enseñanzas…

Hoy es un día para celebrar a los que vinieron antes que nosotros y nos contaron los cuentos; y a los que han venido -y vendrán- después y que aprenderán de nuestros cuentos.

Contemos historias; muchas, sabias y hermosas historias.

Aquí os dejo mi narración para el día de hoy.

Qué la fuerza de los cuentos os acompañe…

 

Mucha más información de calidad:
Asociación de Profesionales de la Narración Oral  (AEDA)

 

Taller de cuentos | 2 de abril

Os invito a participar en un nuevo taller. En él trabajaremos desde la experiencia. Vamos a buscar qué tiene de especial el cuento para cada uno de nosotros, qué sentido, vínculo, personaje, memoria… Y desde la magia: es desde el lugar que nos hablan los cuentos, desde la sorpresa, la coincidencia con el estado en que nos encontramos, los problemas que pasamos, las soluciones que buscamos… acompañándonos desde lo psicológico, metafórico, arquetípico y espiritual… buscando el trasfondo sanador para cada uno de nosotros.

Ilustración de Iván Alfaro
Ilustración de Iván Alfaro

Taller de cuentos | Dinorah Arrillaga

Fecha:  sábado 2 de abril de 2016
Horario: de 11 a 14 hs.
Lugar: Omnia Reiki Institute-Barcelona
Diputació 113-115, esc. derecha, entlo. 1ª
Precio: 25 euros

Por inscripciones e información:
dinorah@atravesdelcuento.es
658 899 132

Siete estaciones

 

Darren Thompson
ilustración de Darren Thompson

En siete estaciones llegaré a mi destino: la casa de mi abuela.

Subo al metro. Atravieso un vagón bien iluminado, con pocos pasajeros, todos sentados. Me acomodo en un asiento, levanto la vista y me topo con los ojos del que va frente a mí. La mirada fugaz dura lo que un parpadeo. Mejor así: no es bueno detenerse en los ojos de un androide biológico de última generación. Suelen ser atractivos, encantadores. Y cuando te tienen en su poder descubres su naturaleza criminal. Lo mejor es pasar de ellos. No darles entrada.

Me giro, pues siento la presencia de otro androide. Allí está: sentado entre un zombie y un vampiro. Variopinto el metro, eso sí. Al otro lado del pasillo, un búho con gafas pequeñas, se inclina sobre un libro. Se le ha caído una plumita. Una gata preciosa se pinta los labios. El vampiro la mira. El zombie no. Por el rabillo del ojo percibo a un ciervo joven, calmo. Mi corazón se reconforta.

Apoyo mi cabeza en el cristal de la ventanilla, qué ganas de ver a mi abuela. Me vuelve a asaltar la duda que ha marcado mis pasos desde que salí de casa: ¿traigo todo lo que me ha pedido? Nuevo repaso mental de la lista…

1 tinto riojano (le llevo dos,
más un Ribera del Duero de regalo )
Té de rosas
Mi famosa tarta de chocolate
Manzanas ecológicas
Agua de manantial

Sí, está todo. ¡Qué alivio!

Tiro hacia atrás mi caperuza roja, cojo una manzana de mi cestita, le doy un bocado.
En pocos minutos estaré en casa de mi abuelita. Por suerte, ningún lobo a la vista.

 

…..
Nota: este cuento lo publiqué por primera vez en mi blog dinorahoy  y forma parte de mi juego propio con los cuentos antiguos, por eso me parece importante volver a publicarlo aquí. Para mí, Caperucita,su madre, su abuela, el lobo, el cazador, y ese bosque tan poderoso, son todos personajes muy interesantes para trabajarlos y aprender con ellos.

Perdido en el reino de las madres

Uno puede andar perdido en un mismo cuento durante años. A veces, la vida entera. Como el cuento es infinito se va contando a sí mismo a medida que crecemos, y se va activando en nosotros, por ejemplo, cuando atravesamos momentos que tienen que ver con el cuento. Así, uno -sea hombre o mujer-, puede habitar Blancanieves, o La Bella Durmiente, o El Pájaro de Fuego, durante mucho tiempo, sin saber siquiera que anda encarnando un cuento. Y quien dice cuento, dice también leyenda, mito… pero hoy vamos de cuentos.

Decía entonces que uno puede andar deambulando por Blancanieves, que podría ser casi lo mismo que decir: andar perdido en el Reino de las Madres. Vivir absorbido por una madre caníbal, autoritaria, enorme madre, siempre presente, que se nos aparece en la vida una y mil veces, aunque nos vayamos a vivir con siete enanos a un bosque lejano, que queda cruzando los siete montes. Hasta allí llega la madre, con tentaciones extrañas, disfrazada de otras mujeres, para vendernos peines envenenados (y así poder matar nuestras ideas propias), cordones hechizados (que nos quitan el aliento), y manzanas, apetecibles, venenosas, para matarnos el sentimiento, el sentir, nuestro Eros. Esas madres, que sin moverse de sus casas, conectan con sus hijos a través de una intuición nefasta, no para traerles el bien, sino con la intención de matar algo en ellos, de no dejarles ser. Uno puede estar perdido en ese reino, aunque la madre haya muerto hace mucho, mucho tiempo atrás, o aunque uno esté durmiendo en una urna de cristal desde hace años…

 

Ilustración de Angela Barret
Ilustración de Angela Barret

 

Pero los cuentos son una medicina oscura y poderosa que arroja luz sobre la sombra. Leerlos equivale a “leernos”, a entendernos. Atrevernos a vernos reflejados en los distintos personajes y preguntarles cosas (preguntarnos cosas), es un paso mágico a favor de nuestro crecimiento interior.

Podemos contar un cuento como si fuera nuestra propia historia, contarlo en primera persona, como si uno fuera el héroe que lo está transitando, y sentir… dejar que el sentimiento aflore. Conectar con sus imágenes. ¿A dónde nos lleva el cuento?

Cuando comenzamos a ser conscientes de la historia que nos contamos, podemos hacer el cambio a otro cuento (como quien cambia de sueño) o podemos, también, dejar de contárnoslos.

Blancanieves, versión de los hermanos Grimm