Érase una vez…
Otoño. Domingo cálido. Estoy sentada a una mesa al aire libre, en el campo. Escucho el graznido de un cuervo, el trinar de varios pájaros, perros lejanos ladrando…El sol camina hacia el atardecer. La naturaleza está verde, húmeda a causa de las lluvias de los últimos días. Voy dejando que me gane una presencia y comienzo a escribir habitada por ella. Es la energía de “la vieja”, “la bruja”, de la “Baba Yaga” que se acerca hasta mí con sus ojos rojos y su extraña sabiduría a cuestas.
Sueño y realidad
Hace poco más de un año me asaltó, desde un sueño, una vieja bruja terrible, flaca como hueso, pelo alborotado y una vara enorme, de madera, en la mano. Se tiró sobre mí desde el interior de un armario, la vara en alto, para golpearme con fuerza. Me despertó el impacto de la imagen y la fuerza temible y arcaica de esa mujer feroz y salvaje. Volví del sueño cargada de asombro, sabiendo que había sido tocada por un ser arquetípico y que, para mí, a partir de este toque, comenzaba un viaje. Como la mujer tenía mucho color azul supuse que era “Cailleach”, diosa celta del invierno que lleva dentro una doncella. Y como todo se mueve, y todo es cuento, sueño, y símbolo, cuando mi hija escuchó mi sueño quiso disfrazarse de Cailleach la noche de la Castanyada*. Tuve la oportunidad de ver manifestado en mi vida diurna el símbolo nocturno hecho ritual: vi a mi hija, pequeña doncella de la primavera, transformada en la temible, y, a la vez compasiva, vieja bruja del invierno. Y esta visión puso en marcha más información de mi inconsciente: la bruja siguió actuando a muchos niveles en mi vida y yo la sentía. Pasaron muchos cuentos y sueños… Y entonces comenzó a hablar la “Baba Yaga”.
Baba Yaga*
Irrumpe en escena la bruja amada y a la que he narrado en tantas ocasiones. Llegó de la mano de mi amiga Marisa Busakr. Voló atravesando los mares y traía un regalo: una bolsa de terciopelo negro, con un lirio blanco, como regalo para mi Baba Yaga. Y es en este punto preciso, en este encuentro de Baba Yaga a Baba Yaga, cuando después de casi un año de aquel sueño, y de muchas imaginaciones interiores, el cuento se pone en marcha. Marisa, con su intuición y su regalo, abrió en mí un espacio nuevo de trabajo que traía el germen de una propuesta de desarrollo escénico o artístico, acerca de esta bruja, rebruja, que tanto nos gusta a las dos.
Procesos Creativos
Cuando termino sacando a escena un trabajo de cuentos es porque antes he hecho un proceso interior, es decir, he transitado caminos del bosque y he vivido determinadas experiencias guiadas por esos cuentos. Estos procesos de creación siempre traen aparejados movimientos corporales, escritura, ensoñaciones, y sueños, muchos sueños.
Esta es la primera vez que quiero compartir en público este proceso interior, este taller propio que, supongo, terminará en propuesta escénica, o tal vez no. Lo que me importa es el viaje de mi creatividad que, como me pasa siempre, está siendo mágico, maravilloso, inspirador.
*Castanyada: fiesta tradicional de Catalunya que se celebra el “Día de todos los Santos”
*Baba Yaga: bruja de los antiguos cuentos rusos. A veces es una, otras, tres. A veces mata, otras, otorga dones. Algún héroe la ha matado, aunque nunca muere en verdad. Siempre enseña. Su presencia asusta. La anuncia el entrechocar de árboles y las ramas que caen. Vuela en un mortero y vive en una cabaña, que gira, sostenida por patas de gallina.
Cotidiano Baba Yaga
La abundancia y la comida van asociadas a esta bruja. Le encanta comer, es voraz. Puede comer seres humanos. Guisar es uno de sus atributos. Cuando Basilisa la Bella visitó su casa se asombró ante la gran abundancia que allí vio. También tuvo que cocinar mucho para «la abuela Yaga»
Agradecimientos: manos de Gloria Herrero y de Francesc Marieges
Vuela en el viento, surca los mares y siempre nos junta, nos convoca. Agradecida a la vida habernos puesto en el camino una vez mas. Saludos, abrazos bruja hermana! Gracias Gracias!
Amor y Paz
Muchas historias tiene encima…
Y muchas por contar…
Abrazos de corazones que vuelan en morteros mientras una escoba borra las huellas del vuelo. Gracias de nuevo amore.
Bellísimo
Gracias Eva…
Abrazo.