La marmita como lugar de transmutación, hervor, guisado, pócima, magia…
Metidos en la marmita, cocinados a fuego lento o rápido, nos transformamos; soñamos, sentimos, aprendemos…
¿Qué nos pasa en el caldero mientras cambiamos de estado?
Rojo, Blanco, Negro… como Blancanieves, por ejemplo.
Este «Live» es el preludio a un taller que haremos Queralt Ramos Segura (@astrasiris), y yo (@dinoraharrillaga), este 6 de noviembre de 2022, en Barcelona.
“…¿Les hace falta un cocinero? -pregunta el hijo del rey en la puerta.
-Nunca ha hecho más falta -le responden-, y si hubiese diez, serían bienvenidos.
Así que lo enviaron a la cocina, y él le pidió harina al cocinero principal, y las demás cosas para preparar un pastel, y lo preparó; y cuando estaba listo para cocer puso encima de él las huellas de sus cinco dedos, y lo metió en el horno. Cuando estuvo cocido le puso una tapadera y se lo dio a los criados que llevaban la cena y dijo:
-Dadle este pastel a Beswarragal, y a nadie más.
De modo que lo pusieron ante ella, en la mesa, y ella lo cogió para tomarse un trozo, y cuando lo probó y lo partió, y vio en él las cinco gotas de miel, preguntó:
-¿Dónde está el hombre que preparó este pastel? Dondequiera que esté enviadlo ante mí- dijo.
Porque en el pastel había encontrado las cinco gotas de miel…”.
Qué belleza comenzar un nuevo ciclo de los Círculos de Cuentos con este fragmento de “Beswarragal”, que hace alusión a un pastel con cinco gotas de miel… Primer círculo del otoño, para comer pastel, en la casa al costado del camino. Maravilla.
Círculo de Cuentos on-line del Equinoccio de Otoño
Fecha: 25 de septiembre de 2022
Horario: 18.30 a 20.30h
Precio: 20 euros
Reservas:
dinorah@atravesdelcuento.es whatsapp, telegram, quicksy (xmpp): +34 635 62 55 17
El verano se va, como un sueño: espero que haya sido lúcido y hermoso.
Y llega el otoño…
Seguramente, el primero de una serie de rezos.
La poesía es de la gran Marosa di Giorgio, («En todos los vestidos bordaban nomeolvides, 24», de su poemario «Mesa de Esmeralda»).
Aún en verano y, sin embargo, a pesar del calor ya se siente un preludio otoñal.
La luz está variando; oscurece más temprano; el mar está distinto.
Cocino con otros colores, texturas, y sabores.
Temporada «Virgo», de pequeños detalles, de encuentros donde la palabra se comparte con un silencio casi misterio.
Se avecina el otoño. Llega otro tipo de belleza: aún siendo verano, y con calor, ya se presienten los rojos, marrones, amarillos; lo que seca; lo que trae un punto de nostalgia, tal vez de melancolía.
«La casa al costado del camino» aún sigue habitando un bosque en la noche, con luciérnagas y suspiros de enamorados. Bosque de poca ropa, con un agua cercana para sumergirse y sentir un frío distinto en el cuerpo.
Y sin embargo, esta casa, ya está preparada para albergar los nuevos Círculos de Cuentos on-line de esta temporada.
Para esta ocasión propongo tres encuentros en domingos, a partir del equinoccio de otoño, y un encuentro en miércoles, durante el solsticio de invierno.
Este 25 de septiembre (después del equinoccio de otoño), abrimos la puerta del lugar sin lugar, para encontrarnos, escuchar un cuento (o varios), vivir la aventura, conversar, compartir, y entrar en el símbolo.
Calendario otoño 2022
Círculo de Cuentos on-line
Fechas: 25 de septiembre; 23 de octubre; 20 de noviembre
Horario: 18.30 a 20.30h
Precio: 20 euros
Círculo del Solsticio (on-line)
Fecha: 21 de diciembre
Horario: 19.30 a 21.30h
Por información y reservas:
dinorah@atravesdelcuento.es
(o mensaje privado Instagram o Messenger)
Las imágenes:
Pinturas otoñales de Frederic Edwin Church
Hace tiempo, un poco antes del cambio, mientras recibía un masaje, me sentí un camino. Fue una sensación física. En otras ocasiones, por ejemplo, me sentí animal; o pude sentir la calma de la muerte y la bendición de fundirme con la tierra. Nunca me había sentido tierra en sí, no como en esta ocasión: ser camino. Yo era un camino de tierra, a cuyos lados crecía vegetación. Desde el cielo podía ver una parte de mí misma, un trozo de lo que era. La sensación era sólida, fuerte, sin más. No sentí, ni vi, a nadie que me caminara, sin embargo tenía la memoria de este hecho y, una vez más desde el cielo, podía ver las huellas de los carros que me habían transitado.
Cuando volví a esta realidad me sorprendió reconocer mi cuerpo humano. En él palpé la contundencia de una memoria recia y sensible a la vez.
No sabía, y sin embargo sí, que venía un cambio importante en mi vida. Un camino nuevo. Un viaje distinto.
Mientras sigo atravesando las diferentes etapas de este viaje mío, como caminante, como viajera, aprendo que aún estoy en tránsito y que sigo habitando el lugar sin lugar, y que tal vez este hecho sea una de las pocas cosas constantes en mi recorrido.
Lugar sin lugar, camino y caminante, soledad y compañía, todo a la vez, todo en todo, todo unido.