El Rey de la Montaña de Oro | Un cuento de los hermanos Grimm

 

Despacio, lentamente, este cuento magistral se abre paso en nuestra alma y va desplegando una serie de imágenes profundas, poéticas, duras y extrañas.
Cada vez que narro este cuento siento que lo hago desde un lugar del sueño, como si de una narración onírica se tratara. Un contar desde ese espacio entre sueño y vigilia que puede llevar al oyente a un estado hipnótico, de duermevela; como si en este cuento el inconsciente se explicase mejor desde esa escucha donde la poesía del cuento llega a ser visionaria.

“El Rey de la Montaña de Oro” es un cuento profundamente masculino; narra un especial viaje interior viril, de varón. Un viaje que se inicia cuando, en su adolescencia, el héroe de esta historia se encuentra con su Ánima, su Alma, y accede a su profunda, rica y espiritual vida simbólica propia.

Aquí, el viejo tema -recurrente en cuentos tradicionales- del “padre ausente” se amplifica a través del pacto con el diablo. El padre ausente se transforma así en un padre sacrificador que provoca este viaje iniciático del hijo hacia su propia madurez y su liberación del mal.

 

 

Es un cuento inmenso, con muchas capas de comprensión, que también nos advierte cómo esa ausencia paterna (en este caso confabulada con “el maligno”) puede arrastrarnos a un profundo vacío donde nos deshacemos, nos descreamos. Esa terrible ausencia puede quitarnos la posibilidad de iniciarnos en nuestra adolescencia en algo absolutamente vital para el ser humano: nuestra vida interior simbólica. Sin ella no crecemos, no trascendemos; nos quedamos secos, yermos, vegetando un sinsentido espantoso donde somos incapaces de enfrentar nuestras sombras, de ser verdaderamente éticos, de vislumbrar la verdad (y vivir de acuerdo a ella), de estar en contacto con nuestra alma y crecer espiritualmente.

El Rey de la Montaña de Oro es un cuento hermoso y necesario (el último que hemos narrado en los Círculos de Cuentos del mes de julio de 2025).
Os lo recomiendo de corazón.

Si quieres leer el cuento, te lo dejo aquí.

Foto de portada y final: Natalia Arrillaga Yunes
Ilustraciones: Arthur Rackham

¡Salud y Cuentos de Hadas!

 

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