Bosque, naturaleza, sanación.

Eva Julián investiga con los sonidos de la Tierra. Ha logrado probar, de manera científica, cómo los sonidos del bosque, del mar, o del lugar donde nacimos inciden en nosotros y nos pueden sanar. Ella habla de esto y de mucho más… Entrar en contacto con su trabajo es volver a la sencillez interior, a la magia natural que nos rodea y está en todos nosotros.

El contacto diario con el bosque me hace entender mejor los cuentos de hadas; como si la experiencia “Bosque” enriqueciera una comprensión que llega desde un hondo contacto interior con la tierra y conmigo misma. Por esto es que los sonidos de la naturaleza que Eva graba a mí me hablan de cuentos, llevándome al origen de ellos: la unidad y la Madre Tierra.

En los cuentos maravillosos los árboles, las flores, las rocas, los ríos y fuentes, los animales… hablan. Cuando el héroe entra en contacto con las palabras de la naturaleza y las sigue se produce la magia que lleva a la sanación: completar un viaje iniciático, morir y volver a nacer para llegar a ser Rey o Reina, o lograr el objetivo del viaje…

Eva tiene la capacidad de escuchar esas voces naturales y las graba para
beneficio de todos.

 

 

En el bosque

Quiero abrir el blog con este discurso de Ana María Matute. Discurso que conozco desde hace tres días, cuando, revisando materiales de cuentos, lo descubrí en una bibliografía.

Leerlo me ha maravillado; me es absolutamente cercano. No podría haber definido yo con mejores palabras que las de esta gran escritora, lo que es el bosque para mí, la convicción de que en ese bosque, en esa “madre naturaleza”, es donde se generan los cuentos de hadas que le cantan al espíritu.

Es un discurso hermoso y valiente. Arriesgado para estos tiempos, pseudo científicos y racionales, que nos están tocando vivir: una voz sutil que dice mucho, que le habla a una parte nuestra, interior y profunda, que siempre escucha y nos cuenta en sueños.


“En el bosque”

(Defensa de la fantasía)
Ana María Matute
Discurso de ingreso en la Real Academia Española de la lengua.

 

Ana María Matute
Ana María Matute

Tengo que pronunciar un discurso y yo no sé pronunciar discursos. Apelo, pues, a vuestra benevolencia y os ruego que aceptéis estas palabras mías como la expresión de lo único que soy capaz de hacer y de la única razón por la que he llegado hasta aquí: yo soy una contadora de historias. Por ello, desearía aprovechar esta ocasión tan extraordinaria para hacer un elogio, y acaso también una defensa, de la fantasía y la imaginación en la literatura, que son para mí algo tan vital como el comer y el dormir, y que opongo a la aridez de la actitud que tan a menudo nos rodea, que se niega a ver la dimensión espiritual de lo material.

(continúa en las siguientes páginas)